Todo esto te podemos decir sobre nuestros vinos y bodegas
Indicaçao Geográfica ALENTEJANO Producido y embotellado por Susana Esteban Unipessoal. LDA. Junto con Eulogio Pomares.
Añada 2016. Sidecar 2016 es el tercer vino del proyecto que Susana Esteban lleva a cabo con otros enólogos de renombre. En esta ocasión Sidecar 2016 es fruto de la colaboración con el enólogo Eulogio Pomares de Bodegas Zárate. Sidecar 2016 es un coupage de variedades blancas procedentes de viñas viejas de Serra de Sao Mamede, vinificadas y criadas en ánforas de arcilla blanca. Es un vino muy mineral, poderoso y profundo, pero a la vez suave y delicado con un final de boca intenso, limpio y puro. Solo se producen 1.700 botellas numeradas; siendo esta la número 0011.
Un buen blanco portugués con la colaboración de Eulogio Pomares. Color amarillo no muy fuerte. En nariz aromas cítricos, frutos secos y nota mineral. En boca entra muy bien, después de un tiempo de oxigenación, es elegante, equilibrado, aparecen los cítricos, notas frutales y minerales. Final largo.
El Alentejo está dividido en ocho sub-regiones: Portalegre, Borba, Évora, Reguen-gos, Granja-Amareleja, Moura, Redondo y Vidigueira, agrupadas en tres grupos distintos. Portalegre es la sub-región más original, con suelos predominantemente graníticos, influenciada por la altura de la Sierra de São Mamede. El paisaje ofrece multitud de parcelas de viñas viejas, plantadas en suaves pendientes de la sierra, beneficiándose de un microclima único que confiere frescura y complejidad.
De las variedades blancas utilizadas hay que destacar como las más usadas Antão Vaz, Arinto y Roupeiro, además de las menos valorizadas Diagalves, Manteúdo, Perrum y Rabo de Ovelha.
Este vino es un coupage de variedades tradicionales portuguesas de la Sierra de São Mamede, fermentadas y criadas en ánforas de arcilla blanca.
Compartir momentos, ideas y experiencias con otros enólogos o personas relacionadas con el vino es algo que siempre me ha gustado y alentado. Entonces decidí crear la marca Sidecar.
Cada año desafío a un amigo a hacer un vino en mi bodega, en Mora. Ellos decidirán cómo interpretar los fantásticos viñedos de esta región ... ¡conduciendo la moto!
Fabuloso regalo de mis alumnos del año pasado.
Suerte chicos.
COMPAÑÍA LEBANIEGA DE VINOS Y LICORES S.L. Indicación Geográfica Protegida Vinos de la Tierra de Liébana.
Unos amigos, defensores de la Tierra de lebaniega, quisieron apostar por conjugar la tradición de viñas casi centenarias, con otras nuevas adaptadas a este microclima ideal. De su empeño, y gracias a la aplicación de una ciencia moderna, surgen por primera vez unos vinos exclusivos, elaborados con uvas recogidas en los valles lebaniegos y las ilusiones de todos aquellos que las cultivaron.
Un grupo de amigos amantes del vino se juntan en la bodega para catar las diferentes elaboraciones y decidir el coupage idóneo. Una vez decidido, tiempo de barrica necesario, para sacar a la luz este vino exclusivo, LA CASA DEL CAPITÁN, que pasará a formar parte del restaurante EL CENADOR DEL CAPITÁN, ubicado en la villa de Potes, al lado del ayuntamiento.
Wences Rodríguez y yo nos conocemos desde chavales, estudiamos cinco años juntos, internos; y nos unen muchas cosas, incluso sueños. Nos une la gastronomía, nos une el amor al vino; pero sobre todo, la tradición por esos platos de casa, llevados a otro nivel.
De esta manera, en cuanto entras a su restaurante EL CENADOR DEL CAPITÁN, parece que vuelves unos años atrás. No solo por la decoración del lugar o por las vistas en pleno corazón de Potes. También por su filosofía de vida que se trasmite a su cocina, a sus platos.
Mención especial esos boronos con manzana repinalda, o su cocido lebaniego, ganador de muchos premios y menciones; sin olvidarme de los canónigos, postre de día de fiesta en Liébana.
Un vino te tiene que decir de dónde es, pero no al leer la etiqueta, si no al beberlo. Intentas adivinar quién lo elaboró, con qué variedades, etc. Cuando bebo una copa de LA CASA DEL CAPITÁN, lo que me imagino es a mi amigo Wences en su restaurante con su humor lebaniego, que no sabes si te suelta un sermón o te está vacilando.
Denominación de Origen Navarra. Reserva 2015
Variedades: 60% Cabernet Sauvignon y 40% Graciano. Grado Alcohólico: 15º.
Tras una crianza de 14 meses en barrica nueva de roble francés, reposa en botella 24 meses más antes de su salida al mercado. Nacido de viñedos situados en pendientes y a una altitud de 450 - 480 m, con suelos poco profundos y pedregosos. En estas condiciones la concentración de la uva es sensacional, con gran equilibrio y expresión. La cuidada elaboración otorga un vino de soberbio color, intenso y aromático, donde inicialmente destacan su fragante contenido frutal, el recuerdo de su crianza en roble de calidad y unas seductoras notas minerales. En boca es elegante y carnoso, con unos envolventes y sedosos taninos.
Los grandes tintos del mundo, y una parte de los blancos más notables, son criados en barricas de roble antes de ser embotellados. Tras su estancia en ellas, los vinos salen engrandecidos, mucho más complejos y ricos en matices.
Ahora bien, una buena crianza consta de dos fases: una en barrica y otra en botella; en esta última el vino se pule, redondea y alcanza su máximo potencial. Por eso, la crianza (que no conservación) de un vino siempre conlleva dos fases; una oxidativa, llevada a cabo en barrica y otra reductora, que tiene lugar en la botella.
Durante el período de maduración o crianza, el vino comienza a desarrollar sus cualidades gustativas, adquiriendo además limpidez y estabilidad. La crianza ideal se desarrolla en barrica de roble (antaño, el empleo de castaño y cerezo se debió más a la disponibilidad de esta madera que a lo idóneo de sus aportes). La crianza en depósito no alcanza nunca las mismas cotas de calidad. Ahora bien, antes de meter un vino en barrica, debemos considerar si el vino es de la calidad adecuada y si el valor añadido que obtengamos justifica lo que deberemos pagar por él. Los costos de la crianza son debidos al abultado precio de la barrica, que oscila entre 300 y los 800 euros, para un volumen de 225 l. y una vida recomendable de 6 años máximo; al alto coste de la mano de obra para realizar los rellenos, limpiezas, trasiegos; a las pérdidas por absorción de la madera que, para una barrica nueva, supone unos 5 litros de vino; al inmovilizado financiero que deben soportar, etc.
Es preferible una sana crianza en depósito inerte que emplear barricas viejas, de origen y pasado dudoso (contaminación microbiana, subida de la acidez volátil y aparición de malos gustos).
La madera desempeña un papel decisivo en la evolución de los vinos. Una barrica de roble, de madera nueva y aromática, influye de forma determinante en la crianza del vino; por la cesión de elementos aromáticos y gustativos (taninos) de la madera; por la precipitación de sustancias inestables, aumentando la limpidez; por la micro-oxidación progresiva y permanente (evolución).
Estos aspectos están condicionados a su vez por el origen del roble, el secado, por la técnica empleada en la fabricación de la barrica y por la edad y uso de la misma.
En este vino ALTOS DE INURRIETA, la madera está muy bien integrada con el vino, no predomina si no al contrario, le aporta esos matices de plenitud tan de agradecer.
Bodegas ORUJO DE LIÉBANA S.A. (ORULISA) Indicación Geográfica Protegida Vino de la Tierra de Liébana.
Pum de Pumareña, elaborado por Sabino Quirós en Liébana, Cantabria. Sabino fue nombrado “vinatero de Liébana 2018” y por algo será.
En Pumareña, la parcela de Sabino, las cosas no son fáciles, un viñedo que tuvo que recuperar con azada y mulas, porque está en una pendiente que no admite mecanización. Sabino es todo un personaje, un adicto al trabajo y a las relaciones con los vecinos con quienes charla diariamente del suelo, del tiempo, de las labores del campo o del sexo de los ángeles; da igual. Merenzao, Bastardo, Albillo, Mencía, Palomino (aquí llamada Jerez) y Garnacha Tintorera; creo que son las uvas que conforman un vino tan especial. Y digo tan especial, porque fue probarlo y mi mente se fue a Liébana. Siempre quiero un vino me diga de dónde es y, en este caso en particular, te traslade hasta allí.
Color vivo y alegre, de capa media alta. Nariz compleja, donde los aromas del terreno te envuelven, fruta, naturaleza, roca viva. En boca me recuerda a los vinos que se hacían para consumo propio, para la familia; con buena acidez y buen paso de boca.
A PUM, algunos lo llamarían Vino de Garaje, producciones muy limitadas donde el vinatero se empeña en elaborar vinos auténticos, cuidados desde el cultivo de la uva, recogidos con mimo y limpieza, vinificando con procedimientos que respetan las características de cada uva y cada añada. Esta forma de trabajar, de concebir la vida, permite disfrutar de gran riqueza de aromas, cuerpo y sabores; vinos muy exclusivos y realizados con gran pasión.
Este vino consigue reflejar las cualidades representativas (climatología, mineralidad del suelo, carácter de la uva…), de la Liébana profunda, e incluso ya a la segunda copa, de una parcela concreta, de Pumareña.
Ya sabemos que este año es raro de narices, como si no tuviéramos bastante con el coronavirus, ahora nos viene una plaga de black-rot o podredumbre negra de la vid; enfermedad que daña hojas, zarcillos, inflorescencias, pámpanos y racimos. Un hongo que ataca todos los órganos verdes de la vid.
Hace dos días me llama Sabino para decirme que lo está tratando porque se ha juntado el calor, la humedad relativa, la humectación foliar y la lluvia; con gran riesgo de infección. Esto conlleva acciones rápidas, la poda de invierno, labrar la viña justo antes de la brotación, desnietados y despuntes, así como los deshojados tras la floración y cuajado; favorecen la aireación de los racimos disminuyendo el riesgo de contaminación y favoreciendo la acción de los fungicidas permitidos en agricultura ecológica.
Si a este hongo le añadimos las avispas, los corzos, los jabalíes e incluso osos que han campado a sus anchas por la zona al no encontrar presencia humana, tanta cuarentena para los humanos.
En fin, que mucho ánimo Sabino, que vendrán tiempos mejores para descansar con una copa de tu vino tinto PUM de Pumareña y una buena charla con los vecinos y amigos.