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Albariño con Denominación de Origen Rías Baixas
Si pienso en verano, en playa, en solecito; no puedo por menos que pensar en este vino.
Nueve Olas nace de un nuevo proyecto de Francisco Domínguez y su mujer Adela en Rías Baixas. Un vino blanco elaborado al norte de Pontevedra en la subzona Val do Salnés. Monovarietal de albariño con cepas de más de 40 años y con una crianza sobre lías durante 8 meses aproximadamente.
El nombre de Nueve Olas viene de una leyenda de origen celta, un rito purificador que quita los males y que en la playa de A Lanzada (donde nació Adela) es un rito de la fertilidad, que se celebra el último sábado de agosto.
Según creencias ancestrales, en la playa de A Lanzada, se puede llevar a cabo un ritual mágico buscando el embarazo. Se le atribuye esta virtud a la playa por tener forma de concha que junto con el mar penetrando en la arena simbolizan la fecundación.
En esas noches llenas de leyendas, la playa de A Lanzada cobra protagonismo especial, las mujeres que buscan un rápido embarazo, van a saltar las nueve olas, tradición a la que se apuntan los más valientes, que pasada la medianoche se atreven a darse un chapuzón, cuando la tradición solo habla de saltar las olas no de bañarse. Al baño se le atribuyen también poderes curativos o de buena suerte por lo que es curioso observar la cantidad de gente que se apunta a esta creencia.
Pero no se queda ahí la cosa, en lo alto está la ermita de A Lanzada, cuya entrada principal mira al mar, y unos pocos metros más adelante se encuentra la cuna de la Santa, un conjunto de piedras con forma de cama, otra pieza imprescindible del ritual de la fecundidad, allí las mujeres que deseen descendencia deben sentarse, acostarse…antes de irse a dar el famoso baño. Si lo que se busca es salud con hacer una ofrenda floral en la “cama de la virgen” es suficiente.
El diseño de la etiqueta resalta lo femenino con otros elementos presentes en la playa, con cierto toque vintage.
Sólo se embotellaron 5.000 litros.
¡Madre del amor hermoso!, que diría mi difunta madre.
Espero que con lo rico que está, no me quede embarazado al beberlo.
Annua 2004 BODEGAS AURUM Denominación de Origen Calificada Rioja Tempranillo 90% y otras 10%.
Un día se presentó Oscar Calleja, propietario y Chef del Restaurante Annua de San Vicente de la Barquera, junto con mi amiga Elsa Gutiérrez, alma máter del Restaurante. Me traían una botella de vino que hoy comparto con vosotros; porque el vino es siempre para compartir, con la familia, con los amigos.
Persigue la línea de vino concentrado en fruta, destaca el roble nuevo tostado con buena estructura en boca; goloso y con marcados taninos que empiezan a perder fuerza. Típico vino de La Rioja, con mucha presencia de madera.
Mantiene su concentración aromática de frutillos rojos y negros con su vena especiada. Carnoso y para disfrutarlo ya. ANNUA 2004. Poderoso en aromas, concentrado en recuerdos de ciruelas, moras en licor, pino, con guiños de humo. Carnoso y con volumen.
Yo nací y pasé los primeros años de mi vida en La Revilla, mi pueblo, que pertenece al ayuntamiento de San Vicente de la Barquera. Podría estar hablando de sus maravillosas vistas, no sólo el tiempo de beber esta botella de vino, si no toda la bodega. Vistas que son espectaculares en ANNUA, estás encima del Cantábrico.
Per no es eso, ni tan siquiera el toque personal y fantástico que Óscar trasmite con sus platos. Para eso tienes que ir y probarlo.
Lo que más me llama la atención es el cariño discreto, la elegancia, el saber hacer, la imperceptible sonrisa… de todo su equipo, bajo el mando de Elsa. A mí esta cría me tiene enamorado, la adoro. Pone pasión en todo lo que hace y dice; intentando crear equipo año tras año, temporada tras temporada. Y os digo yo que no es nada fácil; porque una receta se escribe y se interpreta (de forma magistral como Óscar); pero el hacer que un cliente se sienta especial desde el momento que te hace la reserva, desde el momento incluso que piensa en la posibilidad de ir a tu casa; eso tan difícil, ella lo hace fácil, de manera natural.
Por eso siempre que voy a ANNUA me siento especial. Y es una sensación agradable.
Gracias Elsa, por ser como eres.
Te sirves una copa de vino y la giras, para oxigenar y que exprese sus aromas. La puedes girar hacia la derecha o hacia la izquierda; dependiendo el sentido del giro, huele de una forma o de otra. Yo la giro siempre en el mismo sentido; pero te lo diré otro día.
Inspiración BODEGAS VALDEMAR Denominación de Origen Calificada Rioja.
Elaboración: Inspiración Valdemar Selección 2011 es un vino tinto procedente de Bodegas Inspiración Valdemar elaborada con un 80% Tempranillo, 10% Graciano y 10% Maturana. La fermentación y maceración se realiza en depósitos de acero inoxidable a una temperatura controlada. Inspiración Valdemar Selección 2011 tiene una crianza en roble francés y americano durante 11 meses. El embotellado se realiza en enero de 2014.
Varietales: 80% Tempranillo, 10% Graciano, 10% Maturana
De este Inspiración Valdemar Selección 2011, nos cuenta la bodega: “Elaborado con uvas de las variedades Tempranillo 80%, Graciano 10% y Maturana 10%, en la vendimia que comenzó la segunda semana de octubre de 2011, siendo embotellado en Enero de 2014.
En cata presenta un intenso y brillante color rojo cereza picota.
En nariz, ofrece complejos aromas a frutos maduros con notas especiadas dulces aportadas por un envejecimiento en roble cremoso.
En boca es sabroso, carnoso, frutoso con taninos maduros y un postgusto largo y elegante”.
Pero es que llega un momento de la cuarentena que uno necesita inspirarse. Es relativamente fácil, abres una botella de vino y, si no es en la primera copa, seguro que con la segunda encuentras esa inspiración que andabas buscando. Unos miran al cielo para encontrarla, otros cierran los ojos; cada cual tiene su fórmula.
Recuerdo hace muchos años, era yo muy pequeño; cuando mi madre estaba a punto de dar a luz a Reyes, mi hermana pequeña. Nos mandaron a casa del vecino, mi tío Chucho, porque iba a llegar la cigüeña y no la podíamos ver. En ese tiempo que nosotros estábamos asomados a la ventana de la cocina mirando al cielo, por si la veíamos llegar, se acercó a casa un coche negro de la época, creo que era un Seat 1500, del que se bajó el médico y una señora. Luego me enteré que era la comadrona (Persona que tiene por oficio asistir a la mujer en el parto; antiguamente, este oficio era ejercido solo por mujeres basándose en la experiencia tradicional).
Al cabo del tiempo, no me acuerdo si fueron horas o minutos, se subieron al coche y se fueron. De lo que me acuerdo es que coincidió que nos llamó mi padre, que podíamos ir a conocer a mi hermana, que ya había llegado. Nunca supe por dónde vino la cigüeña, no la vi.
Por eso, hace mucho tiempo que no miro al cielo para encontrar la inspiración, solo miro embobado la copa de vino que tengo delante. Por si acaso.
Hoy me ha dado por el vermut, aunque no sea domingo; porque ese día lo dedico a hacer una video conferencia con una parte de la familia, donde cada uno se prepara su vermut con algo de picar.
Siempre digo que el vermut es una bebida de domingo, de festivo.
El Vermut es un vino macerado con hierbas aromáticas, ahora llamados botánicos, encabezado con alcohol hasta conseguir los quince grados o más, con mayor o menor cantidad de azúcar añadido; al quemar el azúcar le damos color y dulzor.
Para la elaboración del Vermut Blanco Oscar Solana, partimos de vino blanco de uva Airén, alcohol, azúcar y corteza de nuez verde para reforzar el color. Se macera con 35 plantas aromáticas, entre ellas: ajenjo mayor, coriandro, díctamo de Creta, manzanilla, vainilla, cardamomo, hinojo… y eucalipto de los montes de Cantabria. Y vaya si se nota.
Hace ya algunos años, nos pidieron a Óscar y a mí, una charla sobre el vermut, en Segovia. Pues, como no sabemos decir que no, allí nos fuimos con el maletero del coche cargado de botellas. Llegamos de noche, tarde para todo y con mucha hambre.
Nos estaba esperando Susana, mi amiga de Habas Contadas, para hacernos un recorrido por las iglesias de Segovia. Porque siempre he defendido que el vermut era una bebida de domingo, a la salida de misa o esperando a que saliesen de ella.
Por eso digo que el consumo de vermut es directamente proporcional a la cantidad de templos de una población.
En los últimos años se ha notado un incremento en el consumo del vermut, quizás aparcamos las prisas y lo rápido, lo urgente; por lo realmente importante, por la charla, por la conversación con el grupo de amigos en la “hora del vermut”.
Quizás el vermut, que siempre va acompañado de una tapa, sustituye a una comida formal por menos coste por cabeza.
Quizás el vermut sea una bebida más social o sociable, con mucha más repercusión en redes sociales; no debemos olvidar que la primera red social fue el bar junto con el pórtico de las iglesias. Iglesias que observaban cómo sus fieles, después de misa de domingo, se convertían en fieles seguidores del vermut.
Quizás está mejor visto el “alternar” al mediodía que no por la noche, socialmente mejor visto. No queremos dejar de salir, somos españoles y forma parte de nuestra identidad. “La hora del vermut” está bien vista, se realiza en grupo, en pareja, en familia; y a la vista de todo el mundo.
Este vermut está fantástico de aromas y de sabor. AMÉN.